jueves, 14 de marzo de 2013

Catedral Metropolitana

Se dice que, a finales del siglo XVI, se elevó una Iglesia dedicada al Divino Salvador del Mundo en el misterio de su Transfiguración, pero  los constantes temblores no permitían ampliarla ni conservarla.

Conocida como la “Parroquia de San Salvador” o también como “Parroquia El Sagrario” tenía como curas rectores a José Matías Delgado y a Nicolás Aguilar en 1808, quienes históricamente se  conocen como los próceres independentistas. Según los registros, fue elevada a catedral en 1842.

A causa de las inclemencias del tiempo, este templo se arruinó en abril de 1854 y las autoridades capitalinas se vieron obligadas a trasladarse temporalmente al municipio de Cojutepeque. Años más tarde, otro seísmo redujo a escombros lo que quedaba de la catedral en marzo de 1873. Esta vez, el gobierno eclesiástico se trasladó a la Nueva San Salvador.

En septiembre de 1877, se tuvieron iniciativas de edificar esta iglesia por segunda vez.  Esta se situó en la antigua ubicación del convento y templo de Santo Domingo al frente de la Plaza Barrios.
Los datos históricos detallan que, en 1888, se inauguró el segundo edificio con estilo romano.Se construyó de maderas finas, algunas traídas del Líbano con el propósito que fuese más flexible ante los movimientos telúricos. Se caracterizaba por albergar bellas imágenes, ornamentaciones y retablos pintados por artistas salvadoreños. Sin embargo, se redujo a cenizas tras un imparable incendio el 8 de agosto de 1951.
Desde entonces se reunieron esfuerzos para construir la tercera catedral de San Salvador. Se bendijo y  se colocó la primera piedra en octubre de 1956. Los trabajos fueron atrasándose a causa del conflicto armado que vivió el país. No obstante, la obra se concluyó el 19 de marzo de 1999 consagrándose y dando apertura al culto católico.
La Catedral presenta un esquema de tipo romano, de una sola nave atravesada por otras dos laterales formando una cruz de proporciones rectangulares que termina en un altar circular. Su arte fue forjado por Fernando Llort quien realizó una mezcla entre la cultura occidental con otros de raíces indigenistas, representando la integradora realidad cultural del pueblo salvadoreño.

En el mural de cerámica se representa alegóricamente al pueblo de Dios, el nuevo hombre y nueva mujer con los instrumentos que se utilizan para su trabajo, también figuras celestiales como ángeles guardianes; la paloma, símbolo de paz y la representación de la última cena de Jesucristo.

En su interior se sorprenderá al ver la belleza y a la vez la sencillez de esta edificación. Coloridos vitrales,  ocho vistosos óleos que retratan la vida de Cristo en el área del altar traídos de Pamplona, España, e incluso cuatro preciosas esculturas de los evangelistas San Mateo, San Lucas, San Marcos y San Juan.
En la parte central de la Catedral podrá apreciar la majestuosidad de la cúpula. En ella se representa al cielo como un paraíso en el que, junto a la Santísima Trinidad, San José y la Virgen María, participan de la bienaventuranza de los ángeles y personas de todas las razas y estratos sociales; se incluyen en ella animales y vegetación para indicar el carácter universal de la redención de Cristo.

También podrá apreciar en una de sus capillas laterales la imagen con la advocación de la Madre del Salvador, perteneciente al siglo XVII. Ésta fue restaurada en territorio ibérico y fue donada a El Salvador por la Reina Sofía de España en febrero de 2001.
Se recomienda que todo visitante complete su recorrido hasta la cripta en la que encontrará los mausoleos de autoridades religiosas y la sepultura de Monseñor Óscar Arnulfo Romero.

Esta es un relieve yaciente de bronce de 2.50 metros hecho por el escultor italiano Paolo Borghi.  La obra representa al obispo “durmiendo el sueño de los justos”. Le custodian los cuatro evangelistas, como “guardianes del profeta hasta la segunda venida de Cristo” que sostienen los extremos de un lienzo que representa la Palabra de Dios y sobre el que hay depositadas una palma y varias rosas.

En la parte izquierda de la cripta está una sucesión artística de 14 misterios del viacrucis plasmados en pinturas de Luis Lazo en 2010. Así mismo hallará un destacable “Cristo Negro del Camino” en memoria de Mauricio Duke Carazo, quien falleció en un accidente carretera a La Libertad en junio de 1922. Esta fue una donación, en febrero de 2011, por parte de sus familiares y representa al Crucifijo del Santísimo Cristo de la Agonía de Limpias.




Anualmente, esta impetuosa edificación protagoniza “la bajada” del Divino Salvador del Mundo, donde se celebra el misterio de la Transfiguración cada 4, 5 y 6 de agosto, fiestas patronales de San Salvador. En estas fechas, miles de salvadoreños se dan cita en el Centro Histórico para presenciar esta costumbre heredada.

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